Segunda mano: Yamaha T-MAX 500/530

El Yamaha T-MAX 500 es el megascooter más popular y más vendido, también unánimemente considerado el más deportivo, y por su fiabilidad una gran compra de segunda mano.

Josep Armengol. Fotos: MPIB.

Segunda mano: Yamaha T-MAX 500/530
Segunda mano: Yamaha T-MAX 500/530

Cuando con el nuevo siglo llegó el primer T-MAX 500, se marcó un camino para los scooter que quisieran ofrecer un comportamiento de moto, entre otros detalles por su diseño básico con el motor en el chasis y una verdadera suspensión trasera (de la que el motor no forma parte). El acierto fue tan grande que casi década y media después se mantiene su liderato en el mercado: el modelo ha mejorado en aspectos concretos (inyección, ABS, chasis de aluminio, ligero aumento de potencia) pero sigue siendo la misma base, y el corazón de toda moto que es su motor se ha mostrado a prueba de bombas, muy fiable, lo que lo convierte en una muy interesante compra de segunda mano. Interesan modelos a partir de 2004 (ya con inyección, el de carburador gastaba demasiado), que desde 2005 podía montar ABS opcionalmente.

Aluminio

En 2008 llegó un completo rediseño: todo nuevo salvo el motor, que se mantuvo idéntico (aunque algún retoque en la inyección permitía declarar cifras ligeramente diferentes... lo cierto es que nos parece el mismo). Y el gran cambio en el chasis, a partir de ese modelo un doble viga en aluminio. Las ruedas pasaron a ser de 15 pulgadas en ambos trenes (antes 14 delante), el hueco mantuvo su capacidad «suficiente» (cabe un casco integral y algo más, o un maletín o mochila, pero nunca dos cascos) y adelgazó algún kilo, ganando en comportamiento.

Más recientemente ha habido el siguiente gran cambio: el modelo 2012 se rebautiza como 530 porque, precisamente, el motor aumenta ligeramente la cilindrada para ofrecer algo más de potencia y más empuje a todo régimen. Eso, algún kilo de nuevo adelgazado y un desarrollo final más corto, le dan más vida frente a unos rivales cuyo único argumento pueden ser las prestaciones. El comportamiento mejora aún más gracias a un nuevo basculante (transmisión por ligera correa) y a los retoques en chasis y horquilla. Y sigue reinando en su segmento.

Fíjate en...

- Motor. El diseño original del motor es tan acertado que no ha cambiado: pasó de carburadores a inyección, y de 499 a 530 cc de cilindrada. No es un motor apretado (pocos son los dueños que se conforman con los aproximadamente 40 CV de potencia) pero sí suave y muy fiable: es raro que gasten nada de aceite y llegan a cifras kilométricas muy altas sin averías de ningún tipo, solo pasando revisiones.

- Robos. Es, por desgracia, el mayor problema del T-MAX: con diferencia la moto más robada desde hace bastante tiempo, y tener una pre-530 (2012) no es garantía de que no tenga atractivo para los chorizos. Diría que una pre-2008 ya sí es difícil que la roben... pero incluso así yo no la dejaría sin atar jamás. Usa siempre antirrobo con una buena cadena para atarlo a algo sólido (se los llevan en volandas en caso contrario).

- Campañas. La fiabilidad de un modelo tan popular como el T-MAX queda certificada, al haberse vendido tantísimas unidades de sus varias generaciones, por su ausencia de problemas. Única excepción: la bomba de gasolina, que si se sobrecalienta (ocurre más en verano) puede bloquearse impidiendo el arranque. Se han cambiado muchas en garantía (y fuera de ella sin coste). Y nada más.

- Escape y variador. La potencia justa del motor y el comportamiento intachable del chasis, unido en muchos casos a un historial de motos anteriores más potentes, hacen que no haya muchos T-MAX con escape o/y variador original, buscando más prestaciones. El variador no original sí puede ofrecer más aceleración, pero los escapes solo añaden carácter al sonido (y quitan peso).

- Hueco bajo el asiento. El T-MAX es  un scooter de la categoría máxima y ahí se exije buena capacidad de carga: el hueco bajo el asiento es capaz para un casco y alguna cosa más, o un maletín, y eso a algunos les basta y a otros les parece poco. Este hueco apenas ha cambiado entre versiones así que no es un factor determinante a la hora de comprar uno usado. La alternativa es un baúl trasero.

- Cómodo. El aspecto deportivo, incluso agresivo del T-MAX, no debe llevar a engaño: sí, tiene un comportamiento excelente y, sí, puede ser muy eficaz en curvas. Pero no es incómodo, al contrario, es de las motos más cómodas para piloto y pasajero, ofrece buena protección (incluso la pantalla de serie es demasiado alta para algunos) y se pueden afrontar con él viajes largos.

- Accesorios. Será habitual encontrar T-MAX con variador o/y escape no originales. La siguiente cosa en la lista es la pantalla: una más baja mejora la velocidad punta ligeramente y lo hace aprentar más deportivo. A partir de aquí, embellecedores estéticos de todo tipo, frenos o suspensiones mejorados... de todo. No recomendamos el kit motor que sube cilindrada (poco fiable).

Usuario

El motor es el mismo y las revisiones que debe pasar no han cambiado mucho desde las primeras versiones: se trata de cambiarle el aceite cada 5.000 kilómetros (con el filtro cada dos cambios) y reemplazar bujías, correa de variador y filtros de aire (lleva uno para el motor pero tres para la transmisión) cada 20.000 km, lógicamente una revisión más cara. El desgaste de neumáticos es muy personal (depende de la conducción) pero la mayoría de usuarios rondan los 10.000 km de duración para ambos trenes, así que se suele aprovechar la revisión para el cambio (con lo que la factura duele más, claro). Muy pocos otros componentes de no-desgaste dan guerra nunca.


Mantenimiento

- 1.000 km. Primer paso por el concesionario tras el rodaje. Cambio de aceite y filtro. En él se inspeccionan también los niveles, el correcto funcionamiento de mandos, el estado de las pastillas de freno y de los neumáticos. Tensión y ajuste de correa trasera (solo en modelo 530).

- 5.000 km.  Primera revisión rápida: se sustituye el aceite sin su filtro además de verificar lo de la primera revisión. A partir de aquí siempre se harán cambios de aceite cada 5.000 km.

- 10.000 km. Revisión normal: cambio de aceite motor y filtro, aceite transmisión (pre-530), comprobación del estado del variador y correa, y revisión general como anteriormente. Aquí en muchos casos se cambian también neumáticos (trasero y posiblemente delantero).

- 20.000 km. Revisión importante: además de lo anterior (10.000 km), se sustituye la correa del variador y se aprovecha para cambiar las bujías. Reemplazo de todos los filtros de aire (motor y transmisión, cuatro en total). Revisión de los rodamientos de la pipa de dirección.

- 40.000 km. Mismos puntos y tareas que en la de los 20.000 km, pero además comprobar el correcto reglaje de la distribución además de sustitución de líquidos (refrigerante y frenos). Cambio de la correa trasera (sólo en el modelo 530).